La microfibra, un gran problema

Artículo escrito por Sam Schurkamp y editado por Lauren Otolski, septiembre 13, 2022. Artículo traducido por Andrea Valcarcel, octubre 21, 2022.

Pie de foto destacado: Las microfibras están llegando a nuestros lagos y océanos. Con la ayuda de nuevas tecnologías y un poco de esfuerzo comunitario, tal vez podamos detener su infiltración. (Fuente de la imagen: “microfiber cloth macro” por Steve Johnson, con licencia CC BY 2.0).

Referencia científica:  Erdle, L. M., Nouri Parto, D., Sweetnam, D., & Rochman, C. M. (2021). Washing machine filters reduce microfiber emissions: evidence from a community-scale pilot in Parry Sound, Ontario. Frontiers in Marine Science, 1703. https://doi.org/10.3389/fmars.2021.777865


Es posible que hayas escuchado noticias recientes que te advierten de que la mayoría de nosotros estamos ingiriendo, sin saberlo, la cantidad de una tarjeta de crédito de microplásticos cada semana. Aunque los detalles de esa estimación no son del todo ciertos, el hecho es que las pequeñas partículas se acumulan hasta alcanzar niveles problemáticos como resultado de nuestras rutinas diarias. Las microfibras, hilos de tela apenas visibles que se desprenden de nuestra ropa, son un enorme porcentaje de esta contaminación: algunos estiman que las microfibras constituyen hasta el 35% de los microplásticos marinos. Estas partículas son perjudiciales para los microorganismos y pueden bioacumularse en la cadena alimenticia, terminando involuntariamente en nuestros propios platos. Son extremadamente pequeñas—alrededor de una quinta parte del diámetro de un cabello humano—y son difíciles de eliminar del medio ambiente una vez liberadas.

Una parte importante de la contaminación por microfibras procede de los sistemas municipales de tratamiento, que reciben todas las aguas residuales de los hogares de su comunidad. El lavado de la ropa hace que las microfibras se desprendan de la ropa y entren en este flujo de residuos, y aunque los municipios tienen capacidad de filtrado, rara vez es suficiente para detener la contaminación por microfibras a gran escala. Estas instalaciones de tratamiento suelen convertir los residuos en biosólidos, que se aplican como fertilizantes. Por desgracia, esta aplicación es la forma en que gran parte de los residuos de microfibras entran en el medio ambiente. Atrapar las microfibras en su origen—la lavadora individual—puede ser la mejor apuesta para eliminar esta vía de residuos, algo que los investigadores exploraron en un estudio piloto publicado recientemente en Frontiers in Marine Science.

Prevención de la contaminación: el proyecto piloto de Parry Sound, Ontario

Para comprobar si la captura de microfibras a nivel doméstico podía suponer una diferencia significativa en la reducción de la contaminación, los investigadores instalaron filtros en las lavadoras de 97 hogares de Parry Sound, Ontario, Canadá, que representaban alrededor del 10% de la comunidad. Durante el año siguiente, tomaron muestras periódicas del agua que salía de esos hogares y de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales para ver si los filtros marcaban una diferencia en la escala general de contaminación que salía de la comunidad.

Lo que encontraron es motivo de celebración: el contenido de microfibras en el efluente final de la planta se redujo en un 41% al final del estudio. Este cambio es mucho mayor de lo esperado, aunque parte del cambio puede deberse a que su campaña de captación aumentó indirectamente la concientización sobre el problema, haciendo que más hogares hicieran otros cambios recomendados, como lavar con agua fría y utilizar detergentes más suaves. Sin embargo, el efecto de los filtros fue bastante claro. Al final del estudio, los filtros habían eliminado 22 kilogramos (casi 50 libras) de microfibras que iban a ingresar en las aguas residuales, una cifra que puede parecer pequeña hasta que se piensa en lo ligeras que son las pelusas de la secadora.

Aunque los investigadores concluyeron que los filtros de las lavadoras son eficaces para reducir la contaminación por microfibras, también fueron cacapces de identificar algunas limitaciones con respecto a los mismos. Casi uno de cada cinco hogares carecía de espacio para montar o acceder al filtro, y los propios filtros no son de bajo costo, lo cual puede limitar su inclusión en hogares de bajos recursos (el modelo utilizado en el estudio, que se ve en la foto de abajo, cuesta unos 160 dólares estadounidenses). El siguiente paso puede ser animar a los gobiernos locales a subvencionar estas instalaciones, o fomentar las innovaciones tecnológicas que incorporan los filtros directamente a las máquinas.

Pie de foto: El filtro de microfibra utilizado en el estudio. (Fuente de la imagen: Wexco).

Entonces, hacia dónde nos dirigimos

La creciente sensación de “fatiga del apocalipsis” puede hacer difícil saber qué hacer con los problemas medioambientales más urgentes del mundo. Puede ser descorazonador reducir la huella de carbono cuando nuestro impacto individual en el planeta es insignificante en comparación con las mayores corporaciones del mundo. Sin embargo, la contaminación por microfibras es un área en la que tanto las empresas como los individuos pueden marcar la diferencia. Estos consejos de la empresa de ropa REI son un buen comienzo: lavar la ropa sólo cuando esté sucia, comprar en tiendas de segunda mano para disminuir la demanda de nuevos tejidos y comprar ropa más duradera cuando sea posible. También podemos considerar la posibilidad de abogar por la adopción de sistemas de captura de microfibras en nuestras comunidades, como los utilizados en el estudio de Parry Sound; al final, muchos consumidores ya se deshacen de las pelusas de las secadoras, entonces ¿por qué no capturarlas también en la lavadora?

Share this:

Andrea Valcarcel

Having graduated with a Bachelor of Science degree in Animal Biology from Thompson Rivers University (BC, Canada), I am currently working as the head of an Oceanic Lab in the Dominican Republic while also being an MSc candidate in Ecology and Environmental Sciences. My research so far has been mostly focused on corals and marine mammals and the effects climate change may have in their overall behavior and survival. When not monitoring marine ecosystems, you can find me volunteering with my therapy dog and reading romance and fantasy novels. Twitter: @andreavalcar

Leave a Reply