Abracadabra, patas de cabra: El tiburón fantasma de las profundidades desarrolló un sexto sentido

Artículo escrito por Brandi Pessman y editado por Brianne Palmer, octubre 20, 2022. Artículo traducido por Andrea Valcarcel, noviembre 21, 2022.

Pie de foto destacado: Las profundidades marinas pueden ser un lugar implacable para vivir, pero algunos animales se han adaptado para sobrevivir en estos duros entornos (Fuente de la imagen:In The Blue” por sharkbait, con licencia CC BY-NC-SA 2.0).

Referencia científica: Botarro, M. (2022). Sixth sense in the deep-sea: the electrosensory system in ghost shark Chimaera monstrosa. Scientific Reports, 12, 9848. https://doi.org/10.1038/s41598-022-14076-2


Abracadabra

La oscuridad. El silencio. Y, en un momento, el caos. Las burbujas resultantes de una lucha entre depredador y presa se elevan desde profundidades de cientos a miles de metros desde el abismo carente de luz hasta la superficie del agua. Este es el mar profundo, donde han habitado algunas de las formas de vida más raras y antiguas. Aquí, las criaturas marinas han evolucionado a lo largo de cientos de millones de años, adaptándose a las implacables condiciones—oscuridad total, presiones altísimas y frío extremo—del fondo del océano. Estos factores de estrés también hacen que las profundidades marinas sean casi intransitables para los seres humanos y los equipos de investigación. Por ello, muchos de estos animales acuáticos siguen siendo un enigma para los científicos, con muchos misterios sin resolver.

Pie de foto: El tiburón fantasma (Chimaera monstrosa) busca cangrejos y moluscos en el fondo del océano gracias a su sentido electromagnético (Fuente de la imagen: Ghost Fish” por NOAA Ocean Exploration & Research, con licencia CC BY-SA 2.0).

Cuando el caos emerge de estas profundidades aparentemente tranquilas, la causa suele ser la violencia: la presa lucha por librarse de una muerte segura a manos de un depredador que se aferra a lo que puede ser la única fuente de alimento que encuentra ese día. Sin luz ni sonido, los depredadores pueden ser difíciles de detectar y las presas de localizar. Muchos, como el espeluznantemente llamado tiburón fantasma, se han adaptado a las profundidades marinas de forma única y electrizante.

El tiburón fantasma, también conocido cariñosamente como pez conejo, vive entre 300 y 1,000 metros por debajo de las embravecidas olas. Por si el nombre del tiburón fantasma no fuera lo suficientemente espeluznante, el nombre de su especie seguro que da un buen susto: Chimaera monstrosa. Este misterioso tiburón vive en el Atlántico oriental y la cuenca mediterránea, y habita en el fondo del océano desde hace 400 millones de años.

Un cuento electrizante y fantasmal

Los investigadores descubrieron que, sin luz ni sonido, los tiburones fantasma utilizan la electrorrecepción para navegar por las profundidades marinas. Este fenómeno es posible gracias a diminutos poros en la piel del tiburón, que le permiten detectar el campo electromagnético del agua salada y percibir cuando ese campo cambia debido al movimiento de otros organismos. Mientras que este sexto sentido se ha estudiado en peces de aguas superficiales, su misterioso pasado en las profundidades marinas ha quedado prácticamente sin documentación. Sin embargo, recientes descubrimientos han comenzado a reconstruir la antigua historia.

Pie de foto: La piel del tiburón fantasma está recubierta de cientos de poros en los que los cambios en el campo electromagnético pueden ser percibidos por los nervios que envían información al cerebro (Fuente de la imagen: “Ampullae of Lorenzini” por Chiswick Chap, con licencia CC BY-SA 4.0).

Este tiburón de aguas profundas se alimenta de cangrejos y moluscos que viven en el fondo marino. Los tiburones fantasma (y sus parientes más cercanos) utilizan una placa dental para triturar los duros exteriores de sus presas. Encontrar la presa y posicionarse para el ataque puede ser un reto, pero se ve facilitado por su electrorrecepción. Para profundizar en la forma en que el tiburón fantasma utiliza este inusual sentido, el investigador Massimiliano Botarro, del Centro Marino de Génova (Italia), examinó detenidamente los poros sensoriales y la forma en que pueden utilizarlos. Botarro observó meticulosamente los poros de los tiburones fantasma y clasificó los receptores por tamaño y región corporal.

Los tiburones fantasma tienen un promedio de 700 poros cuyo tamaño oscila entre 0,2 y 12 mm (entre el grosor de un trozo de papel y el tamaño de un dado). Estos poros están distribuidos por toda la cabeza del tiburón fantasma, con un 65% aproximadamente concentrado cerca de los ojos, la boca y el hocico. Cada uno de estos poros capta información electromagnética que puede ayudar al tiburón fantasma a evaluar el tamaño de un objeto detectado y a posicionarse para el ataque o a buscar el mejor plan de escape de un depredador.

Los poros orientados hacia delante ayudan al tiburón fantasma a navegar por el fondo marino y a detectar su próxima presa. Los poros altamente concentrados alrededor de la boca del tiburón fantasma probablemente les ayudan a posicionarse con respecto a su presa para atacar y capturar su comida sin problemas. Unos poros más pequeños y grandes a los lados podrían ayudar al tiburón fantasma a no ser sorprendido por un depredador al acecho mientras su atención se dirige a encontrar comida en un entorno de alimentación limitada.

Más misterios del tiburón fantasma
Pie de foto: Las redes y jaulas utilizadas para la captura de cangrejos, peces y otros animales de aguas profundas para el consumo humano pueden capturar accidentalmente tiburones fantasma, clasificándolos como Casi Amenazados (Fuente de la imagen: Crab Cage Placencia Belize 2512” por bobistraveling, con licencia CC BY 2.0).

Los depredadores no son lo único que causa problemas a los tiburones fantasma. Normalmente, el encuentro con los depredadores amenaza la supervivencia, mientras que las presas la promueven. En la retorcida historia del tiburón fantasma, la presa también puede amenazar la supervivencia. Los tiburones fantasma suelen ser capturados accidentalmente por pescadores de altura que buscan cangrejos, su presa más común. Cuando las jaulas y las redes de pesca se arrastran por el fondo del océano, los tiburones fantasma son arrastrados con la presa que tuvieron la (des)suerte de encontrar. Estas capturas accidentales les han llevado a la lista de especies casi amenazadas de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Su inclusión adicional en la lista de Datos Insuficientes se hace eco de que hay más de su historia por contar.

Aunque las burbujas ascendentes han guardado los secretos de esta criatura de las profundidades marinas durante cientos de millones de años, los científicos están buceando en las profundidades para descubrir más misterios del tiburón fantasma.

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Andrea Valcarcel

Having graduated with a Bachelor of Science degree in Animal Biology from Thompson Rivers University (BC, Canada), I am currently working as the head of an Oceanic Lab in the Dominican Republic while also being an MSc candidate in Ecology and Environmental Sciences. My research so far has been mostly focused on corals and marine mammals and the effects climate change may have in their overall behavior and survival. When not monitoring marine ecosystems, you can find me volunteering with my therapy dog and reading romance and fantasy novels. Twitter: @andreavalcar

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